Cortar las manzanas en dados pequeños y sofreír con un poco de aceite de oliva a fuego medio durante 5 minutos.
Añadir la cerveza.
Dejar reducir hasta que se evapore la cerveza y reservar.
Retirar las espinas y la cabeza a sardinas.
Lavar, secar bien y salar.
Colocar la mitad de las sardinas en una fuente de horno sobre un papel de horno con la piel hacía abajo.
Cubrir con los dados de manzana.
Hornear a 180 grados durante 12 minutos aproximadamente hasta que el pan rallado se tueste.
Servir sobre una tostada de pan y acompañadas de una cerveza bien fría.